Había una vez una niña muy buena, que se llamaba Lupita y que vivía con su madrastra y su hermanastra, que se llamaba Petra.
Petra, todo el tiempo le gritaba a Lupita: ¡Ponte a barrer, ponte a planchar, ponte a cocinar!
Petra, todo el tiempo le gritaba a Lupita: ¡Ponte a barrer, ponte a planchar, ponte a cocinar!
Y Lupita se la pasaba barriendo, planchando y cocinando hasta caer rendida. Un día de invierno, en que la nieve caía y hacía mucho frío, Petra le dijo a Lupita: -Se me antoja comer fresas, anda, ve al bosque y tráeme unas-
Y Lupita se fue corre y corre. Allí se puso a buscar fresas en la barranca, cerca de los árboles...pero no encontró nada.
LLegó la noche y Lupita tenía mucho frío, y entonces, comenzó a escuchar los ruidos del bosque:
Creyó escuchar un lobo y le dió miedo, después un buho y le dió mas miedo, y después otro ruido mas cerca, le pareció una zorra que venía tras de ella y ¡corriendo se subió a un árbol!
A lo lejos escuchó unas campanadas, le pareció que sería cerca de la media noche, de repente oyó un sonido muy extraño, como de algo que venía volando por el cielo...
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